Te Llevo Para Que Me Lleves






2005-02-03

TODO POR AMOR

Camila mía: acabo de saber que morirás conmigo. Ya que no hemos podido vivir en la tierra unidos, nos uniremos en el cielo ante Dios. Te abraza, tu Gutiérrez", le escribe Ladislao a su amada O´Gorman desde la prisión de Santos Lugares antes del fusilamiento, en la película de María Luisa Bemberg.

Camila O' Gorman Camila O´Gorman y Ladislao Gutiérrez tuvieron coraje y transgredieron las normas. El 12 de diciembre de 1847 se fugaron para concretar su amor prohibido: el de una chica de alta sociedad y un sacerdote tucumano.
La trágica pasión se remonta a Buenos Aires de mediados del siglo XIX, a la Argentina en que el abuso de poder, la represión y la arbitrariedad del Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas era moneda diaria y contexto de lucha entre Federales y Unitarios. Camila O´Gorman era una joven perteneciente a la alta sociedad, nacida en 1828 y el sacerdote Ladislao Gutiérrez, un hombre proveniente de Tucumán con intenciones de seguir la carrera eclesiástica.
Camila gozaba de una personalidad demasiado inquieta para las costumbres dominantes de la época, como para leer libros prohibidos u oponerse abiertamente a los pensamientos de su padre (características que en una mujer podían considerarse peligrosas). Quizás como herencia de su abuela Anita Perichon, que había sido amante del virrey Liniers y recluída por orden del gobierno en su quinta en las afuera de la ciudad.
La cuestión es que como buena devota, la muchacha de andar elegante y agraciado visitaba la iglesia asiduamente y ahí conoce al nuevo párroco que -a diferencia de otros- en los sermones se muestra crítico con el orden vigente. De esa manera comienzan a gestarse las afinidades en cuanto a formas de pensar. Y no sólo eso... Se forja una especie de amistad a base de confesiones, meriendas, miradas. El deseo suele hacer caso omiso de las convenciones sociales y lógicas racionales y en esta ocasión se cuela clandestinamente entre ambos. A pesar de las advertencias del monseñor que recomienda no olvidar que la mujer puede ser un instrumento del diablo y de las del padre de Camila que considera a la mujer soltera como un caos, un desorden de la naturaleza, por lo cual debe optar: el convento o el matrimonio.

El amor rechaza esas palabras. La pareja en su encrucijada decide escapar el 12 de diciembre de 1847. Como Valentina Desan y Máximo Brandier llegan a Goya, Corrientes, donde abren la primera escuelita, comparten la alegría de despertar en la misma cama, y el temor profundo de ser hallados.

Mientras tanto, en Buenos Aires se desata la consternación, el pánico, la cólera... "El acto más atroz y nunca oído en el país", declara Adolfo O´Gorman, el "suceso horrendo" definen otras voces a su vez que claman "que en cualquier punto que los encuentren a estos miserables, desgraciados infelices, sean aprehendidos y traídos", etc. A Rosas, evidentamente, le interesaba un clero obediente, más que santo. Así como una niña de familia acomodada que anduviera por el camino correcto, más que por el del libertinaje.

El 16 de junio ocurre la casualidad: Camila y Ladislao son invitados a una fiesta y allí un sacerdote irlandés reconoce a Gutiérrez y lo saluda por su verdadero nombre. La sorpresa desnuda al ex sacerdote, lo enloquece. Explota en mil astillas la identidad inventada por ambos. La noticia se esparce por el pueblo y al día siguiente los dos maestros son encarcelados e incomunicados. Son enviados en carros separados a Santos Lugares, la cárcel más temida del régimen.

Sus últimos momentos...¿Qué habrán sentido en el silencio y el espanto de sus calabozos? ¿cuáles habrán sido sus fantasías, sus cavilaciones o temblores? Las paredes no confiesan los pliegues de sus almas.
Rosas era implacable: ordena la inmediata ejecución de los reos sin dar lugar a apelación ni defensa. Sólo les otorgaba unos minutos de confesión.

Otra casualidad se presenta: el embarazo de Camila O´Gorman. Una nueva posibilidad de salvar su vida, o al menos, la de su hijo. Pero para el Restaurador no hay medias tintas y el acato a la decisión debe seguir. La condenada recibe el bautismo por boca, "por las dudas si había preñez" según atestiguan los documentos de la época.

Amanece el 18 de agosto de 1848. Camila y Ladislao son sentados en una silla. Los cargan cuatro hombres a través de dos palos largos. Son vendados sus ojos -que, sin embargo, aún continúan mirando-. Son escoltados por la banda de música del batallón. Son vueltos a sentar, pero esta vez, sobre los banquillos, contra los muros. Las armas son levantadas. Cuesta, pero disparan. Es la primera vez que una mujer sufre la pena de muerte. Su historia de transgresión, amor y coraje, pasa a ser la de todos.


Escrito por EugeniaA. | 11:28:00 p. m. | | contacto |